Las técnicas se aplican tanto en
trabajo individual como en grupal con el objetivo de que el cliente llegue a
descubrir su proceso y sensibilizarlo al darse cuenta.
1. El diálogo: Cuando se descubre que
existe una desintegración en la persona (partes en pugna), el terapeuta sugiere
a ésta que experimente tomando cada parte del conflicto, una a una, haciendo un
diálogo entre ellas. También se puede establecer un diálogo con otra persona
que es significativa para el paciente y está ausente (diálogo con la persona
ausente), o diálogo entre diferentes partes del cuerpo. Para el diálogo se
puede utilizar la “silla vacía”.
2. Hacer la ronda: Mientras se realiza un
trabajo individual con alguien del grupo, a menudo surge como figura un tema
que implica a otras personas del grupo (imaginar lo que las otras personas
piensan de uno o tener un sentimiento determinado sobre alguien del grupo). En
estas situaciones el terapeuta puede sugerir que esta persona haga la ronda y
comunique sus fantasías o imaginaciones a cada miembro del grupo.
3. Asuntos Inconclusos: Los pacientes que se
someten a Terapia Gestalt son motivados para experimentar con asuntos
inconclusos, para que se den cuenta de que éstos están inconclusos. Cuando el
asunto es un sentimiento no expresado a uno o varios de los miembros del grupo,
se pide a la persona que exprese sus sentimientos o emociones directamente.
4. “Yo asumo responsabilidad”: La conducta de la persona,
sus sensaciones, sus sentimientos, emociones, y su pensamiento es algo que le
pertenece a ella y es su única responsabilidad. Una técnica para lograr que la
persona tome conciencia de que es ella la que decide su propia conducta es
añadir después de cada oración “... y yo me hago responsable”.
5. La proyección: Cuando una persona se
imagina que otra tiene hacia ella un determinado sentimiento o prejuicio se le
pide que compruebe si eso no es una proyección, experimentando con sentirse
ella misma con ese sentimiento o prejuicio. A menudo la persona descubre que
ella tiene le mismo sentimiento que ve en los otros y que además tiene y
rechaza el mismo prejuicio que desaprueba en los otros.
6. Invertir roles: Cuando el terapeuta
considera que la conducta de una persona indica el evitamiento de un impulso
latente, puede pedir a dicha persona que haga el rol opuesto al que ha estado
realizando.
7. Contacto / separación: Al cliente no se le pide
que no escape de la realidad, sino que se dé cuenta de cuándo y cómo él escapa
o se ausenta y cuándo y cómo mantiene el contacto.
8. El ensayo: La persona que teme
manifestar sus emociones al grupo es ayudada para que relate su fantasía y lo
que ocurriría si revela al grupo lo que siente. Un mecanismo usado
frecuentemente es ensayar internamente un rol social futuro. La escena que
asusta anticipadamente revela el temor de que el nuevo rol no será bien
ejecutada.
9. La exageración: los pequeños movimientos y
gestos ligeros pueden sustituir y bloquear la verdadera toma de conciencia de
los procesos afectivos. El terapeuta, al observar los movimientos del cuerpo
del cliente, los reporta para que se dé cuenta de ellos pidiéndole que repita y
exagere un movimiento determinado. Esto incrementa la percepción del medio que
utiliza el cliente para bloquear la toma de conciencia.
10. “Puedo ofrecerte una
frase”: cuando el terapeuta estima
que existe un mensaje equívoco y poco claro, puede construir una oración con
ese mensaje y preguntar al cliente si desea decirla en voz alta, repetirla y
que se dé cuenta de cómo le suena.
11. “Naturalmente” y “es obvio
que”: Frecuentemente las personas
pierden o se les escapa lo obvio, buscando en los otros el soporte de sus
comunicaciones. La primera de esas situaciones se enfrenta haciendo que el
cliente construya una frase que comience con “Es obvio que...”. la segunda, o
búsqueda del soporte de la comunicación verbal, puede ser enfrentada
experimentalmente haciendo que la persona añada al final de cada oración
“...naturalmente”.
12. “Puede usted quedarse con
sus emociones”: Al reportar el darse
cuenta, los clientes rápidamente escapan de los sentimientos de frustración. A
menudo el terapeuta pide a su cliente que se quede con esa emoción, que
mantenga el continuo del darse cuenta. El enfrentar este dolor psíquico es una
necesidad para salir del callejón sin salida.
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